Neuropatía alcohólica es la condición médica que retiró al chef Itsuo Kobayashi de las cocinas cuando tenía 46 años. Desde su casa, pidiendo comida a domicilio y evocando platos que preparó o disfrutó en las mesas de restaurantes, continúa desarrollando un hábito que comenzó durante su adolescencia y que lo ha acompañado durante más de tres décadas.
Mucho antes de que se popularizara la fotografía gastronómica, Kobayashi comenzó a ilustrar los platos que probaba en cuadernos que hoy suman más de mil detallados dibujos acompañados de recetas, detalles de su preparación, guarniciones y presentación. Un ejercicio que profundizó particularmente a partir de su veinetna, cuando se convirtió en cocinero en restaurantes especializados en soba, y fueron sus propias preparaciones las que pudo registrar de esta llamativa forma.
En 2014 su trabajo fue exhibido en una muestra de arte de personas con discapacidad en Fukuyama (Japón), llamando la atención de Nobumasa Kushino, galerista que ha ayudado a visibilizar sus piezas, llevándolas hasta prestigiosos escenarios como la Outsider Art Fair de Nueva York, donde alcanzan valores del orden de los tres mil dólares.
Sus diarios gastronómicos lo acompañan hoy con dificultades motoras y desplazamiento, permitiéndole continuar aferrado y desarrollando su amor por los ingredientes y sabores, pero también al componente estético de apreciación y entrega contenido en cada plato.
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